
Consideramos que ha pasado demasiado tiempo y lamentamos la actitud de los distintos Grupos de Gobierno a lo largo de los últimos 34 años de ayuntamientos democráticos que han mantenido un símbolo de propaganda franquista. Tenemos que destacar especialmente la responsabilidad de los dos últimos gobiernos municipales que reiteradamente han incumplido, tanto la mencionada Ley, como las mociones aprobadas en Pleno que instaban a la retirada del mismo.
Queremos recordar al Ayuntamiento que tiene que seguir cumpliendo la Ley (52/2007 de 26 de Diciembre) y retirar la vidriera interior que da acceso a la segunda planta del edificio, la placa de la antigua calle General Franco, así como el nombre de las calles dedicadas a militares golpistas, como Yagüe, o a ministros de la Dictadura, como Blas Pérez González.
Desde IUC pensamos que esta simbólica retirada debe abrir una nueva etapa en el municipio en cuanto al impulso de políticas públicas de recuperación de la memoria histórica. Es de justicia que el Ayuntamiento impulse medidas que permitan a los vecinos y vecinas del municipio conocer unos acontecimientos de su historia, ajenos para la mayoría, a través de la realización de jornadas, conferencias en colegios e institutos a cargo de historiadores, o exposiciones.
En esta línea planteamos que el Ayuntamiento debería realizar un reconocimiento institucional de aquellos miembros de la corporación que fueron represaliados por su defensa de la democracia republicana, como el alcalde Francisco Rodríguez Betancor. Resulta vergonzoso para cualquier demócrata comprobar como en las instalaciones municipales se encuentran los retratos de todos los alcaldes del municipio, independientemente del régimen político en el que desempeñaran su cargo, y no existe una sola mención a que el último alcalde republicano fue asesinado en el ejercicio de su cargo.
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