viernes, 7 de diciembre de 2012

Izquierda Unida manifiesta su “indignación” y “perplejidad” ante el vergonzoso apoyo de las instituciones a la campaña de los comerciantes de sortear un empleo de seis meses


Izquierda Unida Canaria (IUC) en La Palma exige enérgicamente que el Gobierno de Canarias, el Cabildo Insular y el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma retiren de inmediato su apoyo a esta campaña y que los responsables municipales e insulares que apoyaron, con su presencia, la presentación de la misma, den una explicación creíble o dimitan inmediatamente de sus cargos públicos.

IUC considera su comportamiento indigno de un puesto electo en democracia, ya que es evidente que desprecian los principios sobre la que se basa la Constitución y una sociedad democrática. Ni Guadalupe González Taño, ni Sergio Matos pueden escudarse en la ignorancia, al estar bien informados acerca del espíritu que debe regir en democracia, en las relaciones laborales y en los derechos amparados por la Constitución, completamente contrarios a los que representa esta iniciativa empresarial deleznable.

Sostenemos que esta campaña desvela una mentalidad primaria que considera tanto contratar como las relaciones laborales un acto de caridad y no un intercambio justo. Es escupir sobre el texto de la Constitución, que en su artículo 35 señala que “Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo”.

Justo ahora, cuando algunos celebran el aniversario de una Constitución en estado comatoso, pues sus artículos no se cumplen y encima, como es este el caso, se pisotean impunemente, aparece esta iniciativa que busca el favor popular aprovechándose de la desesperada situación de miles de familias palmeras que se encuentran en paro y sin recibir ningún tipo de ingreso o prestación.

El dinero que recibe un trabajador por su trabajo es, debe ser y así tiene que estar considerado, una remuneración justa por un servicio correctamente prestado. Plantearlo como un rasgo de azar o de la caridad y magnanimidad del contratante es depravado y degenera la buena armonía y el equilibrio que es necesario y saludable que reine en las relaciones laborales, ya muy degradadas, y que parece que CC, PSOE y PP, partidos que gobiernan en las instituciones que apoyan la medida, no les importa carcomer, todavía más.

Los malos resultados comerciales son debidos a la crisis y a la actitud inmovilista de la clase empresarial palmera, en este caso de la de Santa Cruz de La Palma, que afrontan los malos tiempos que vivimos como si fuera un fenómeno natural, simplemente esperando que pase el tiempo o que un “deus ex maquina” lo resuelva. La crisis está sujeta a la voluntad de las personas y sentarse resignadamente no es manera de afrontarla y menos recurriendo a comportamientos execrables, desde todo punto de vista de cualquier ética y moral humanista. Ya no digamos desde un punto de vista progresista, socialista u obrero.